Su noble highlander by Jennae Vale

Su noble highlander by Jennae Vale

autor:Jennae Vale [Vale, Jennae]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-01-01T00:00:00+00:00


* * *

Isla estaba sentada en el suelo y tenía a la niña en su regazo. Parecía una niña muy feliz. Isla no se consideraba del tipo maternal, pero algo en esta niña había tocado su corazón. Quería protegerla, y le costaba creer que unos buenos padres dejaran sola a su hija o permitieran que se la robaran.

—Merry, debemos ponerle un nombre. ¿Cuál sería?

—No es nuestra, Isla.

Ahí va de nuevo. ¿En serio? Isla no podía entender por qué todo el mundo se oponía a darle un nombre a la pequeña.

—Lo sé, pero debemos llamarla de alguna manera —lo pensó y se le ocurrió el nombre perfecto—. Ha llegado a nosotros en una tormenta. Deberíamos llamarla Gailleann.

Aleck puso los ojos en blanco. Isla sabía que él creía que era una tonta por querer ponerle un nombre a la niña, pero se sentía bien hacerlo.

—¿Qué os parece la pequeña Gailleann?

La niña le dedicó una alegre sonrisa, provocando otra en Isla. Era una sonrisa auténtica, algo una que no había podido mostrar desde la muerte de Derrick.

—Mamá —dijo Gailleann—. Mamá.

—Te está llamando mamá —dijo Merry.

—Sí. La he oído —respondió Isla.

—¿Quizás te está preguntando dónde está su madre? —sugirió Aleck. Al no recibir respuesta de ninguna de las dos hermanas, dijo—: Voy a reunir a mis hombres. En cuanto el clima mejore, partiremos en busca de sus padres —Aleck las dejó solas con la pequeña.

Isla lo ignoró a propósito y siguió charlando y jugando con Gailleann.

—Su ropa es bastante extraña —dijo Merry, examinando el jersey tejido de Gailleann. Era dorado, con inusuales botones en la parte delantera y una capucha que cubría una melena castaña oscura que hacía juego con los ojos grandes y brillantes de la niña. Examinó los botones con los dedos—. ¿De qué está hecho esto? Nunca había sentido nada parecido.

Isla lo miró de cerca y se encogió de hombros. No tenía ni idea.

—Sus zapatos y calcetines también están muy bien hechos, pero su vestido no se parece a nada que haya visto antes.

—Debe venir de una familia noble —dijo Merry.

Isla no quería pensar en quién o dónde podría estar su familia. Prefirió creer que la habían dejado allí como un regalo de Dios.

—Lady Isla —uno de los sirvientes entró en el gran salón llevando algo envuelto en cuero—. El herrero le ha enviado esto.

—Oh, gracias —todavía con Gailleann en brazos, se levantó de un salto y fue hacia él—. Hazle llegar mi agradecimiento, por favor, y esto —le entregó una funda de plata.

—Lo haré, mi señora —el sirviente le entregó la espada y ella la examinó, sosteniéndola con una mano mientras sujetaba a la pequeña con el otro brazo. Gailleann parecía fascinada por la espada, e Isla la blandía con destreza de un lado a otro, sin acercársela a la niña.

—Merry, ¿podrías ayudarme a envolverla?

—Por supuesto —Merry la cogió y la envolvió con cuidado—. ¿Qué has hecho con ella?

—Hice que la afilaran y pulieran.

—A Derrick le alegraría ver que has conservado su espada.

—Pero, ¿le alegraría ver que la estoy usando?



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